Enfrentando mi temor

Hoy es 20 de septiembre de 2017 y son las 9:44 am.

Estamos en medio del huracán María, que hasta la última vez que escuché un boletín (anoche a las 11pm) era el más devastador que estaría pasando por mi isla.
Hace 2 semanas pasamos un “sustito” con Irma y hoy veo que fue un “ensayo”.


Como saben, hace justo 3 años, soy mamá soltera y totalmente responsable de mis hijos, Sofía Isabel y David Enrique. Entonces me tocaba pasar esta prueba. ¿Por qué prueba? Bueno, para comenzar hace un tiempo atrás era una mujer muy dependiente, de papi, de mi ex-esposo…ellos siempre se encargaban de resolverme la mayoría de las cosas.


Una vez divorciada comienzo a tomar el control de todo en mi vida, cosa que debí haber hecho antes. Así que me tocaba comenzar a enfrentar temores, como por ejemplo vivir sola con mis pekes. Esa era una cosa que me aterraba y con el pasar del tiempo, ocupando mi mente en organizar nuestra nueva vida y en ese proceso de renacer me di cuenta que estaba viviendo y superando ese miedo. Yesss! ¡Vamos bien!.

Lo que en este tiempo no pasó por mi mente fue el que me tocara enfrentar con ellos un evento como este. No tenía tan claro porque me causaba más miedo de lo normal hasta que llegó Irma. En el rato que tuvimos esa lluvia y esa ventolera cuyo sonido es horrible pude entender porque me sentía tan aterrada.

Para comenzar, la casa donde crecí y viví hasta los 13 años estaba en una zona inundable. Así que no tenía que venir necesariamente una tormenta o huracán, con un evento de mucha lluvia el río se salía de su cauce y nos tocaba salir en ocasiones con el agua entrando a la casa.  Aún están frescas en mi memoria las veces que el sonido de la sirena de la Defensa Civil de Vega Baja pasaba de madrugada avisando que teníamos que salir pues el río estaba a punto de desbordarse. También todas las veces que después de la inundación regresábamos a nuestra casa y encontrabamos el desastre dejado por esta. Justo hace 30 años de la última y desastrosa inundación que vivimos en nuestra primera casa. En abril de 1987 no hubo tormenta ni huracán pero si unas lluvias tan fuertes que nos sacaron de la casa de madrugada.

Recuerdo a mami enganchando los “mattresses” usando de base el counter de la cocina y el área de la estufa, o sea una torre de “mattresses”.

Todos enganchando las cosas en los gaveteros y mesas de noche y preparando bultos para arrancar. Cuando salimos casi entraba el agua. Luego de par de días regresamos, era el peor de todos los regresos. El nivel del agua dentro de la casa llegó a los 5 pies. Había mucho lodo en todos lados, encontramos frutas y comidas en la bañera. Fue tan fuerte que el agua viró la nevera con la compra recién hecha y todo se salió. Perdimos todo, ropa, muebles. Solo teníamos lo que nos llevamos en los bultos al salir y lo que estaba en la parte de arriba de los closets. Esa fue nuestra despedida pues ya papi había comprado la casa donde hoy viven y donde hoy estoy pasando este horrible huracán María.

Entonces ya no viviamos asustados pensando que con un evento de lluvia se inundaría la casa, un alivio para nosotros.

Pero de lo que no nos podemos escapar es de vivir tormentas y huracanes. Los que hubo en ese tiempo antes de casarme, los pasamos juntos y tranquilos aquí. Pero en 1998, justo 9 meses después de haberme casado y 2 meses después de habernos mudado a la casa que compramos mi ex-esposo y yo, taránnnn “Aviso de Huracán”, George en camino.

Casa nueva, recién casados, así que decidimos asegurar todo y quedarnos en nuestra casita. ¡HORROR! Cuando comenzaron los vientos en la madrugada sentí que iba a morir del susto. Iba sentándome en todos los rincones de la casa y Ziki asustado detrás de mí tratando de consolarme. No pude más y terminé en el cuarto que hoy es de David donde había una cama twin. Allí entre ataques de pánico y ansiedad y sin poder parar de llorar, pasamos el huracán. Creo que Ziki me rascó tanto la cabeza para relajarme que me dormí y cuando desperté habían pasado par de horas y ya no se escuchaba nada.

Salimos de la casa al otro dia y lo que encontramos en el camino para llegar aquí era horrible.

Estuvimos 2 semanas sin agua y sin luz y yo sentí que fueron 2 meses.

Ahora estaba todo claro, ese miedo tan horrible a todo venía de todos esos eventos de inundaciones y de la experiencia de George.

Pero ahora venía Irma, el primer huracán que vivirían mis pekes y ya no está Ziki, me tocaba ser la fuerte para ellos.


Bueno, en el próximo artículo  te seguiré  contando como fluye todo … positiva y con mucha fuerza para que mis hijos no se asusten… Ahora bien, cuéntame, ¿de dónde  eres? ¿de dónde  me lees? ¿estás pasando por una situación similar? 

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*Recuerda que este es el primero de una serie de 3 artículos.

Hasta la próxima...



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